Vivimos tiempos de personalización de las marcas y paradójicamente de mercantilización de la imagen personal, especialmente de los famosos -entendiéndose esto como la construcción de una marca personal para comerciar con la imagen e incorporarla a productos u ofrecerla para patrocinios-. Esto ocurre al mismo tiempo que las empresas quieren ser parte de la sociedad, alinearse con los objetivos de esta y parecer una persona más, que se relaciona con los usuarios y construye con ellos vínculos bilaterales -incluso de afecto-. La marca no solo se encarga de lanzar mensajes al vacío, como antaño, sino que establece una conversación en ese ágora virtual que es internet.
En cuanto a los famosos se aprecia justo lo contrario, van pasando a ese corporativismo que tenían las marcas y desarrollan sus logos personales, muchos de ellos como marcas registradas que se incorporan a líneas de productos. Algunos, como Cristiano Ronaldo tienen dos marcas registradas con dos logos personales.
El ejemplo más reciente es el de Rudy Fernández, que ha elegido dos números 5 enfrentados y lo presenta hoy 5/5 como número emblemático. El emblema del alero del Madrid “recoge sus siglas y esencia y lo refleja con ese 5 omnipresente que le ha acompañado durante toda su carrera profesional”. Tanto en su actual equipo, el Real Madrid, como en el Portland Trail Blazers y la Selección Española de Baloncesto.
Este número le arropa también dentro de su fundación y del CampRF5. Un programa que, apoyado en los valores del basket, potencia la formación personal de niños y adolescentes. La puesta de largo de esta marca personal ha venido precedida de una promoción en redes sociales, desarrollada por Tribal Spain, dirigida a sus seguidores, motor imprescindible del jugador. Una acción, con formato teaser que buscaba generar engagement e involucrar a los seguidores. Esto son simplemente estrategias de comunicación empresarial aplicadas a las personas.
Seguiremos informando…
