En la Tierra a viernes, 29 marzo, 2024

La rehabilitación respiratoria mejora la calidad de vida de las personas con enfermedades ocasionadas por el tabaquismo

La rehabilitación respiratoria es un programa de intervención multidisciplinar, recomendada por todas las guías internacionales, que ofrece la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por alguna enfermedad respiratoria derivada del consumo de tabaco, como la EPOC, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, etc… “Es un complemento al tratamiento farmacológico que empieza, como primer esfuerzo y como condición sine qua non, por el abandono del hábito tabáquico”, según indican el Dr. Fernando Molina y la Dra. Lara Fontán, neumólogos del Policlínico HM Matogrande, que cuenta con una Unidad de Rehabilitación Respiratoria. Asimismo, los centros sanitarios con los que cuenta HM Hospitales a lo largo de la geografía española cuentan con un Servicio de Neumología especializado en atender a aquellas personas interesadas en dejar este hábito.

Se trata de programa multidisciplinar que tiene como finalidad mejorar la tolerancia del paciente al esfuerzo físico para intentar recuperar una vida normal e independiente, en la medida de lo posible. La Dra. Fontán es muy categórica: “Si la pregunta es ¿puedo volver a tener el pulmón como si nunca hubiese fumado?, la respuesta es no. Pero sí se puede mejorar la calidad de vida y reducir la fatiga y otros efectos adversos”.

Para ello, se combinan distintos programas con diferentes vertientes: la deshabituación tabáquica, que es el primer esfuerzo exigido al paciente que aborda una rehabilitación respiratoria antes de avanzare en la rehabilitación física; la educación, para informarle sobre su enfermedad y tratamiento; la nutrición, aconsejándoles sobre cuáles son los hábitos nutricionales más adecuados y cómo deben modificar sus hábitos de vida en ese sentido; fisioterapia respiratoria, guiada por un fisioterapeuta; y ejercicio físico, que es la parte que más peso tiene en el programa de rehabilitación y pretende recuperar la resistencia y la potencia de estos pacientes, tanto desde el punto de vista muscular como cardiovascular.

Normalmente la rehabilitación se suele programar por un período no inferior a 8 semanas, con tres sesiones semanales que se plantean en función de las necesidades de cada paciente, de forma absolutamente personalizada. “Es importante desarrollar estos programas en un entorno vigilado, con diferentes profesionales de la salud, con un supervisor médico durante toda la sesión y con el acompañamiento de fisioterapeuta, enfermera o personal sanitario especializado en la atención de este tipo de patologías”, señala la Dra. Fontán. Al terminar el programa, el paciente se lleva unas pautas y ejercicios para continuar el trabajo en su casa, ya que es muy importante mantener los hábitos saludables adquiridos durante el programa, para que sus efectos beneficiosos no se pierdan en el transcurso de unos meses.

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