En la Tierra a jueves, 28 marzo, 2024

Las técnicas de imagen, claves en el cálculo del daño pulmonar para mejorar el diagnóstico y tratamiento de la FPI

La utilización de la tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) permite obtener un mapa morfológico y cuantitativo del daño pulmonar asociado a una enfermedad intersticial, como la fibrosis pulmonar idiopática (FPI),  facilitando su manejo y su tratamiento, según explica el Dr. Tomás Franquet, Jefe de la Sección de Radiología Torácica del Hospital de Sant Pau y uno de los organizadores del Simposio de Radiología Torácica dedicado al Dr. Nestor L. Müller, pionero en la utilización de la TCAR en el diagnóstico de la enfermedad intersticial celebrado en Barcelona y en el que ha participado Boehringer Ingelheim.

La tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) es también muy útil para el diagnóstico de las enfermedades obstructivas pulmonares crónicas, siendo más sensible incluso que las pruebas de función respiratoria como la espirometría; la TCAR no solo demuestra antes la lesión, sino que además puede determinar el porcentaje del daño pulmonar, que antes se calculaba subjetivamente. “Esta técnica de imagen permite cuantificar qué parte del pulmón está afectada, ya sea por enfisema o por fibrosis pulmonar, obteniendo un porcentaje exacto y estableciendo un seguimiento cuantitativo del daño pulmonar”, comenta el Dr. Franquet.

En este sentido, el Dr. Nestor L. Müller, uno de los especialistas más importantes a nivel mundial en el estudio de la FPI y pionero en el desarrollo de la tomografía computarizada de alta resolución (TCAR), recuerda que el diagnóstico de las enfermedades difusas del pulmón “ha presentado un progreso muy importante en los últimos 30 años, a partir del desarrollo de dicha técnica. Antes del desarrollo de la TCAR, el estudio se hacía mediante una radiografía simple y el diagnóstico diferencial de las enfermedades del pulmón era muy difícil e inespecífico. Ahora podemos hacer un diagnóstico mejor, más rápido y más específico. Además, tenemos un conocimiento mucho mayor de las enfermedades pulmonares, su diagnóstico y tratamiento”.

Sobre el futuro del diagnóstico por imagen de las enfermedades pulmonares intersticiales, este destacado especialista opina que “en los próximos cinco años estas técnicas no solo van a ayudar a distinguir mejor las anormalidades permitiendo reconocer mejor las lesiones difíciles de observar por la vista humana, sino que además van a permitir cuantificarlas”. Otra de las nuevas aplicaciones de la TCAR es su integración con la utilización de GPS en la localización exacta de nódulos pulmonares para realizar una biopsia mucho más precisa. Actualmente se realizan biopsias percutáneas del pulmón utilizando técnicas de imagen de tres dimensiones.

Las dificultades del diagnóstico de la FPI

El Dr. Franquet recuerda que “el problema de esta enfermedad es que su diagnóstico suele ser tardío, dado que su evolución cronológica todavía no se conoce. Hay una etapa subclínica en la fibrosis pulmonar en la que el paciente está asintomático a pesar de padecer FPI. Generalmente, empezamos a manejar al paciente cuando ya presenta sintomatología, no dándole valor hasta que los síntomas son persistentes. No sabemos qué ha pasado con anterioridad y ese es uno de los interrogantes que hay que tratar de resolver, tratando de diagnosticar esta enfermedad en su fase más temprana”.

El diagnóstico de la FPI en su estadio inicial es más fácil de hacer cuando en la familia hay otros casos con la enfermedad. “El problema se presenta en aquellos pacientes que no tienen síntomas ni antecedentes familiares, ya que la enfermedad puede existir en un estadio difícil de diagnosticar. En la TCAR se pueden encontrar hallazgos de FPI en fase inicial”. El diagnóstico de la FPI debe realizarse por un equipo multidisciplinar. “Hoy en día no se concibe ningún diagnóstico de este tipo de patologías sin un consenso del neumólogo, radiólogo y patólogo”, añade el especialista.

La tomografía computarizada de alta resolución permite establecer el diagnóstico de fibrosis pulmonar cuando “los patrones son característicos de la enfermedad. En estos enfermos, ya no se debería hacer una biopsia pulmonar. Hoy en día, se puede confirmar el diagnóstico con pruebas genéticas, realización de criobiopsia o biopsias mediante mini-toracotomía. En un porcentaje significativo, el diagnóstico definitivo se puede hacer por tomografía computarizada” añade el especialista. Por ello cuando hay sospecha, el uso del TC no solo sirve para decir que el paciente tiene un patrón de FPI sino también para descartar la enfermedad.

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